Ad portas de la votación por parte de Comisión de Evaluación Ambiental del Biobío, los artesanales acusan falta de información acerca de los cambios en la temperatura del agua y sobre las restricciones de tránsito y extracción de recursos que tendrá el sector bentónico y pelágico luego de la construcción del viaducto y de la plataforma flotante

IMG-20160624-WA0000Completo rechazo existe en el sector pesquero artesanal de la región del Biobío respecto al proyecto Terminal Marítimo de Gas Natural Licuado (GNL) Penco Liquen y próximamente Talcahuano, que se instalarían en plena bahía de Concepción, lo que aseguran será un nuevo atentado a la pesca artesanal de la zona, por cuanto no se entregó la información acerca de los efectos de su instalación y las restricciones de las que serán víctimas pescadores artesanales.

Cabe destacar que el nuevo proyecto vendría a reemplazar el antiguo proyecto OCTOPUS, ampliamente rechazado por la comunidad y autoridades locales y que hoy vuelve a presentarse con las mismas deficiencias, por lo que la comunidad, incluidos pescadores artesanales, han rechazado terminantemente su instalación.

“Este proyecto está afectando al sector pesquero artesanal  en su conjunto, no solo bentónico sino también pelágico, porque se instalará en zonas reconocidas como caladeros históricos de la pesca artesanal.  Pensamos que así como el gobierno aplica el «Enfoque Precautorio» para asignar cuotas de Pesca, de la misma forma, debería pensar a la hora de evaluar proyectos tan invasivos como éste, que destruye zonas de desove y por ende caladeros pelágicos de Sardina y Anchoveta”, señaló Cesar Jorquera, presidente de la AG Pescadores Artesanales San Vicente.

Y agregó, “con los dos proyectos que están en carpeta, GNL Penco Lirquen y luego GNL Talcahuano,  va a quedar totalmente cerrada la bahía. Los pescadores artesanales sentimos que están echando por tierra todo el trabajo que hicimos en la ley de pesca por conseguir la primera milla exclusiva para el sector, la misma que el gobierno señala centrará sus esfuerzos para su crecimiento y desarrollo”.

Según Jorquera, para ver los alcances que tiene la industrialización de las bahías, es sólo cosa de mirar el estado de la Bahía de San Vicente, la que por su alta carga de actividad industrial terminó por restringir toda actividad pesquera artesanal, no sirviendo para nada la reserva de la primera milla. “El mismo caso en el Golfo de Arauco, la que después de la instalación de la Celulosa y de las termoeléctricas terminó drásticamente afectada por contaminación y cambios de temperatura en sus aguas, con los consiguientes perjuicios  para la actividad artesanal”.