Consideran que la bahía ya ha sido bastante castigada por la contaminación
Existe la posibilidad cierta de que la industria salmonera encuentre en la bahía de Concepción un lugar apto para seguir expandiendo un negocio que a juicio de los pescadores artesanales acarreará más contaminación de la que ya hay y precariedad laboral al igual como ocurrió en la región de Los Lagos.
Para la gente de mar, la entrega de concesiones marítimas para la instalación de balsas y jaulas en la primera milla sería la demostración de que el gobierno no ha aprendido nada al respecto, teniendo en cuenta que la región es donde más se extraen recursos en la primera milla por la presencia de zonas de desove y caladeros de pesca, que son debidamente extraídos por pescadores artesanales, al igual que áreas de manejo .
Para ellos, aparece como una pesadilla que se les quiera seguir quitando espacio para el desarrollo de su actividad, que afectaría tanto a pequeñas embarcaciones como a pescadores que poseen naves mayores de 12 metros.
Para los pescadores de pequeña escala, la situación no podría ser más desfavorable, porque existe en la región una variada cantidad de especies que es posible extraer en la primera milla como son las pesquerías de gallo, congrio, corvina y la merluza, entre otras.
«Claro que nos afecta, aún hay zonas en la región que se encuentra sin intervención de termoeléctricas, gaseoductos y otras fuentes de contaminación, por lo que sería una mala decisión destruir los pocos lugares que nos quedan para trabajar», señaló Paula Reyes, pescadora a pequeña escala de la localidad de Coliumo, región del Biobío.
Por su parte Cesar Jorquera, director de Conapach y presidente de la A.G. pescadores artesanales de San Vicente, se refirió al tema diciendo que » no hay ninguna posibilidad que como pescadores artesanales aceptemos traer una industria salmonera cuyos efectos contaminantes han sido comprobados en otras regiones del país».
Para el dirigente, sería una medida que afectaría transversalmente a la pesca artesanal de la región, porque si bien existen zonas exclusivas para los pescadores con naves menores de 12 metros, también se vería afectados los pescadores pelágicos que hacen el esfuerzo en la primera milla, con redes bajas que no afectan el fondo marino.
“Lo que más nos preocupa es que la industria está ocupando la estrategia de engañar a la gente de comunas relativamente pobres, con la promesa de fuentes laborales y algunas otras cosas más. Tememos que alcaldes y autoridades comunales terminen rindiéndose ante eso. No queremos que pase lo mismo que en el sur, donde se prometieron un montón de cosas, que finalmente terminó siendo pura contaminación”, culminó Jorquera.