Ha pasado más de un año desde que ocurrió el siniestro y aún no se ve avance alguno ni en la investigación procesal penal del accidente, ni en la tramitación del proyecto de ley que prohíbe el uso de piloto automático en naves de mayor envergadura usadas para faenas salmonicultoras y de paso protege a familiares de hombres y mujeres de mar frente a la incidencia de accidentes provocados por esa situación.
“Imagínese ver salir a tu padre por la mañana y por la tarde tener que ir a reconocerlo dentro de una bolsa”, fue el relato de Karen Leviante, hija de Francisco Leviate Alvarado (62 años) y prima de Freddy Vargas Leviante (19 años), pescadores artesanales fallecidos el 22 de enero del 2020 tras ser colisionados violentamente en la embarcación donde realizaban faenas de pesca en el Golfo de Ancud, región de Los Lagos, por una barcaza que presta servicios a la industria salmonera, bajo el uso de piloto automático.
Y es que ya ha transcurrido bastante tiempo del accidente que arrebató la vida de sus seres queridos, y Karen vuelve a recordar emocionada aquel día del accidente, luego del cual comenzó a trabajar junto al dirigente Juan García, presidente de la Asociación Gremial de Pescadores Artesanales Demersales y Ramas Similares de la Zona Sur Austral, región de Los Lagos, para la presentación del proyecto de ley denominado Ley Supersol, nombre que hace referencia a la nave siniestrada, propiciada por el diputado por la región de Los Lagos, Fidel Espinoza y apoyada por el senador por la misma región, Rabindrath Quinteros, pero que a la fecha no ha visto resultado alguno.
Lo mismo ha pasado en la investigación que busca determinar responsabilidades penales, a cargo del fiscal Patricio Llancaman, quien no ha manifestado interés en agilizar el proceso y no da respuestas a familiares sobre diligencias que llevan esperando más de dos meses, como es la reconstitución de escena, detenida por la constante presentación de certificados médicos por parte de los involucrados directos del accidente, según relató Leviante.
“Es que es necesario que los congresistas y la justicia vean con seriedad la muerte de pescadores artesanales producto del uso irresponsable del piloto automático. Año a año se repiten este tipo de desastres en el mar y nadie hace nada, todos se lavan las manos. Exigimos justicia para nuestros familiares y deseamos que nadie le vuelva a ocurrir”, manifestó la afectada.
Y agregó, “buscamos que se establezca el buen uso del piloto automático, mediante capacitación en su uso y la definición de mapas de navegación que alerte sobre la posible presencia de embarcaciones artesanales en zonas donde se realizan ancestralmente labores pesqueras, así como también, la protección económica de la familia del deudo que es víctima de este tipo de siniestros, pues además del daño emocional también se produce un daño material”.
Por su parte, Juan García, señaló que hace falta más compromiso de los diputados y senadores para sacar adelante un proyecto que es de vital importancia para la pesca artesanal menor, como es la protección física y social de quienes trabajan en el mar y que son víctimas de accidentes de esta envergadura.
“Ha pasado un tiempo prudente de que ocurrieron los hechos y se ingresó el proyecto de ley Supersol, para que no quede ahí abandonado. No puede ser que la vida de los pescadores sea titular de las noticias unos días y que después todos se olviden. Es necesario tramitar con suma urgencia un proyecto largamente esperado por la pesca artesanal”, señaló el dirigente.
“Estamos trabajando para proteger a las pesca artesanal de futuros siniestros y para que no se vuelva a repetir que los familiares de las víctimas queden en el más absoluto desamparo económico luego de una tragedia de estas características, donde no solo se pierde la vida de sus seres queridos, sino también su sustento”, añadió García.