40 pescadores y pescadoras de pequeña escala representantes de 25 países del mundo participaron recientemente de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos realizada en Niza, Francia, para llamar la atención sobre la importancia de incluirlos como actividad en cualquier medida de protección.

En una de la cumbres más importantes sobre conservación marina, la Tercera Conferencia de los Océanos celebrado este año en Niza, Francia, la participación de pescadores y pescadoras de pequeña escala de 25 países del mundo, entre ellos de países  de Latinoamérica como Costa Rica, México, Honduras, Panamá, Guatemala, El Salvador, Chile y Brasil, tuvo un rol preponderante en la concientización del rol y significación de la actividad artesanal en la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza en el planeta.

Y es que, con medidas como la creación de la llamada Economía Azul y la conservación de extensas áreas marinas, las comunidades costeras de pescadores temen su desaparición al corto y mediano plazo, por lo que desde el año 2022 se han reunido periódicamente para el seguimiento de las Directrices Voluntarias para la Sostenibilidad de la Pesca a Pequeña Escala , elaborada por los mismos pescadores en conjunto con la Organización de Naciones Unidas para la alimentación y agricultura, FAO (por sus siglas en inglés).

Su trabajo ha sido compartir sus experiencias sobre los enormes retos que tiene este sector frente a la visión conservacionista que, a su juicio, deja fuera a los verdaderos sujetos de derecho de los territorios marinos, las comunidades locales, afrodescendientes y de pueblos indígenas y de la pesca artesanal.

En este contexto, también se desarrolló un evento paralelo llamado “Pesca de pequeña escala: En el centro de la gobernanza de los océanos y la seguridad alimentaria” donde este grupo de pescadores y pescadoras, exigieron a los estados observar la importancia de fortalecer un enfoque de derechos humanos en la conservación, que brinde apoyo a las comunidades locales y pueblos indígenas que son los primeros afectados con el cambio climático, la economía azul y otros desafíos que les afectan directamente en su seguridad alimentaria y en sus derechos de acceso al mar y a la tierra. 

En este evento paralelo participó el ministro de Ambiente y Energía de Costa Rica, Franz Tattenbach junto al Ministro de Ambiente de Senegal, el Secretario General de SANSAFA (Agentes no estatales de África Austral en el ámbito de la pesca y la acuicultura) de Madagascar y el jefe de la División de Seguridad Alimentaria Pesquera del Ministerio Federal de Cooperación de Desarrollo de Alemania, entre otros. 

Este grupo de pescadores y pescadoras de pequeña escala de Latinoamérica, se unieron también con otros pescadores y pescadoras de pequeña escala de Europa, Asia y África, y de manera colectiva ofrecieron una conferencia de prensa para presentar las amenazas y retos que sufre este sector, siendo además requeridos para múltiples entrevistas en medios de comunicación locales e internacionales, como Radio Francia Internacional y Canal 2 de Costa Rica.

De este modo, Zoila Bustamante, presidenta de la Unión Latinoamericana de la Pesca Artesanal , ULAPA y de la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales de Chile, CONAPACH señaló que, “hoy estamos aquí en este gran evento, aproximadamente 40 pescadores artesanales de todo el mundo, representando todos en conjunto a un sector de casi 12 millones de personas. Para nosotros como sector no es fácil participar en estos eventos, pero queremos decirles que nosotros tenemos que estar porque sin la pesca artesanal en Latinoamérica y en el mundo, ¿quién alimenta al pueblo? ¿Quién alimenta a las comunidades? 

Y añadió, “es fácil conservar. Es fácil cuidar, más cuando hay dinero de por medio. Pero no hay que olvidar que hay comunidades en las costas que viven de los océanos y que ellos deben de participar en esta conservación. ” 

ACUERDOS DE LA CONFERENCIA

En términos generales, la Tercera Conferencia de los Océanos,  llegó a varios acuerdos entre los que destacan:

  • Avances en la protección de los cientos de miles de especies que viven en las aguas marinas  y de las comunidades que dependen del mar para su trabajo o sustento.
  • Nuevos países se comprometieron con el tratado de alta mar, una moratoria a la minería en aguas profundas y el Acuerdo de la Organización Mundial del Comercio sobre Subvenciones a la Pesca, mientras que un gran grupo de naciones impulsó un sólido tratado mundial sobre plásticos.
  • Varios países avanzaron hacia la creación de áreas marinas protegidas (AMP) y reservas, o el fortalecimiento de las existentes, incluyendo el anuncio de la creación de la AMP más grande del mundo en la Polinesia Francesa. 
  • Además 19 países ratificaron el acuerdo sobre la biodiversidad marina de las zonas fuera de la jurisdicción nacional (BBNJ), también conocido como el tratado de alta mar. (Las aguas internacionales suelen denominarse alta mar).