Las imágenes capturadas por pescadores artesanales este fin de semana desde las jaulas de la empresa Ventisquero, demuestra los niveles de putrefacción y contaminación que existe en la zona.

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Desde que se anunció la nueva “crisis del salmón” por parte de autoridades y se empezó a difundir sobre la cantidad de recursos perdidos por la industria y sus supuestos alcances en el empleo y la economía, nada se ha dicho de la contaminación que se está visualizando en la zona y  los malos olores producto de la descomposición de los salmones.

“Nada se ha dicho tampoco de la evacuación de buzos y trabajadores de la industria por los altos niveles de ácido sulfhídrico que se desprenden de la descomposición de residuos orgánicos y que es mortal cuando es inhalado en grandes cantidades. Ni de las prácticas antisindicales.

Nada se ha dicho del alza en el precio de las acciones de las Salmonera, que paradójicamente subieron una vez anunciada la catástrofe, superando todas las expectativas teniendo en cuenta que había alcanzado los precios más bajos desde su instalación. Nadie ha dado una explicación”.

Así lo señaló Zoila Bustamante, presidenta de Conapach y dirigente de caleta Estaquilla, comuna de Los Muermos,  haciendo cabeza de las denuncias que recibe diariamente de los lugareños y pescadores artesanales sobre los alcances que ha tenido esta catástrofe sanitaria y medioambiental.

“Nos parece curioso que cuando pasa este tipo de desastres las autoridades pierden repentinamente los sentidos, no ven, no escuchan y pierden el olfato. No apoyan a los trabajadores y se concentran en levantar a la industria. No han aprendido nada. Está sucediendo hoy lo mismo que ocurrió con el virus ISA, mientras miles de trabajadores perdían sus empleos, el gobierno inyectaba millones de dólares para sostener al sector empresarial”, enfatizó Bustamante.

La dirigente nacional señaló además que ha recibido innumerables denuncias sobre el colapso de las bombas de  extracción  o yoma de las embarcaciones ocupadas para extraer la mortandad, situación que ha provocado mayor contaminación y el desborde de la situación sanitaria en la zona.

“Sólo nosotros vemos a  diario el daño ambiental y podemos prever las repercusiones que va a tener en la pesca artesanal, en las comunidades que viven en las costas, en buzos  y trabajadores de todas las índoles que hoy están expuestos a las emisiones de gases peligrosos”, culminó la dirigente.