Tras casi cinco meses de conflicto y negociaciones para conseguir trabajar en zonas contiguas de la región de Aysén, los dirigentes quelloninos han decidido someter a votación entre las bases terminar con las movilizaciones previo compromiso del gobierno a dar una solución legal definitiva al tema bentónico de la región 

Meses de incertidumbre llevan pescadores artesanales bentónicos de Quellón (región de Los Lagos) debido a los sucesivos traspies que han sufrido este año las negociaciones con sus pares de Melinka para trabajar en zonas contiguas de la región de Aysén, en el marco de la ley que les permite negociar a artesanales de una misma pesquería para trasladarse de una región a otra para la  extracción de los recursos.

Y es que, tras las sucesivas negociaciones de las que han sido parte, sumado a esta última semana de movilizaciones y acercamientos fallidos entre las partes, los pescadores artesanales de Quellón han decidido evaluar aceptar las condiciones impuestas por la Subsecretaria de Pesca a fin de comprometer las voluntades políticas de parte del gobierno y los parlamentarios, para trabajar en conjunto la ley bentónica que reconozca el derecho histórico de los pescadores de Quellón a trabajar en la región de Aysén.

Para el presidente del sindicato N° 1 de pescadores artesanales de Quellón y director de la Conapach, Marcos Salas, es necesario trabajar para conseguir una zona contigua definitiva para el sector bentónico, que de tranquilidad laboral y económica a los pescadores artesanales  que ancestralmente han extraído sus recursos en los lugares que hoy deben negociar cada tres años y donde no han conseguido estabilidad.

«El bloqueo a la naviera y la negativa de comprar productos provenientes desde la región vecina de Aysén, fueron medidas de presión que tuvimos que adoptar para alcanzar acuerdos y como hasta la fecha no lo hemos conseguido, hemos contemplado seguir trabajando pero, esta vez, en soluciones definitivas», enfatizó el dirigente.

Para Salas, lo importante es que se indague en los problemas  de fondo que han arrastrado este conflicto durante años y entregar soluciones reales y definitivas que permitan a pescadores artesanales definir planes de manejo que se sostengan el tiempo, de modo que la Subsecretaria de Pesca no deba intervenir aceptando unilateralmente la posición de solo una de las partes, donde el Estado debe pagar anualmente sumas millonarias de dinero para conseguir que el sector bentónico de Quellón pueda operar en lugares donde han realizado su actividad desde siempre.