Ante los daños provocados en el transcurso de la semana pasada en la sede e inmobiliario de la Asociación Gremial de pescadores artesanales de San Vicente, región del Biobío, en el contexto de  las movilizaciones desarrolladas en torno a la llamada “guerra de la jibia”, la organización declaró mediante comunicado de prensa lo siguiente:

“No somos una organización con fines de lucro, nuestra misión es y siempre será trabajar por y para todos los artesanales de nuestra caleta.

Nuestro actual directorio, apenas asumió, tomó la decisión de abrir las puertas de nuestra sede para todos los usuarios de nuestra caleta, sin distinción alguna, vale decir, sindicatos de tripulantes, merluceros, pelágicos, buzos, guachimanes, etc, quienes usan nuestras dependencias para sus reuniones. Por lo tanto, los destrozos que un minúsculo grupo de inadaptados ha hecho en nuestra sede no es un daño exclusivo a la AG San Vicente, es un daño a todos los que usamos estas dependencias en la modalidad que hemos definido como «casa abierta para los pescadores».

Respecto de la llamada «guerra de la jibia», nuestra postura siempre ha sido clara y categórica, «Jibia 100% artesanal y punto». Así lo manifestamos en agosto pasado frente a todos los dirigentes jibieros del país presentes en la Comisión de Pesca del Senado. Pero en lo que no podemos estar de acuerdo es en que se elimine nuestro histórico arte de pesca, pero no precisamente porque la jibia sea un recurso objetivo para el cerco, sino simplemente porque prohibirla será la debacle para la pesquería de sardina y anchoveta, pesca que será sometida sistemáticamente a DESCARTE cuando la jibia se presente en los cardúmenes de sardina y anchoveta.

¿Tan difícil de entender es eso? Si se prohíbe que un arte de pesca capture una especie que se alimenta de otra y más encima se condena a multas millonarias, la flota cerquera se verá forzada a una práctica nefasta para todos, el descarte total de lo capturado en cada lance con presencia de jibia, echando por la borda el supuesto espíritu de esta ley, «la sustentabilidad de los recursos».

El próximo año las embarcaciones artesanales estarán obligadas a usar cámaras, ante esto no habrá salvación; y la ya alicaída flota cerquera artesanal se verá en un callejón sin salida desde el punto de vista de la operatividad. Quién no quiera entender eso, es simplemente porque no logra abrir su visión hacia un escenario ecosistémico y se focaliza erróneamente en un solo recurso.

La pesca artesanal tiene la particularidad de adaptarse a los cambios y esta vez no es la excepción ya que sin la necesidad de una ley las embarcaciones mayores hace rato ya están implementando viradores para capturar jibia con potera a pesar de tener autorizado el cerco apuntando a una mejor calidad del recurso extraído con línea de mano.

Dejarse llevar por la influencia de dirigentes de otras regiones es simplemente desconocer tus raíces y la diversidad de la pesca artesanal de tu caleta o de tu propia región, la más importante en cuanto a trabajadores cerqueros de Chile.

La jibia es uno de los pocos recursos cuyo fraccionamiento no está entregado por ley, ya que está entregado por Decreto; y precisamente este año vence ese Decreto. Estamos desaprovechando la oportunidad de exigir al Gobierno la apertura de registro para los artesanales y demostrar que somos capaces, todos en conjunto de capturar el 100% de la cuota.

Lamentablemente el camino elegido fue otro, uno que terminará por otorgarles el 20% de la jibia al sector industrial por ley para siempre, desaprovechado una vez más la gran opción de unir al sector artesanal de Arica a Magallanes, en lo que habría sido un hecho sin precedentes, luchar por obtener la primera pesquería 100% artesanal. De haber sido así, recién estaríamos hablando de una verdadera guerra de la jibia.

En estos días hemos visto algunos medios de prensa pretendiendo querer hacer ver que la flota cerquera sería un nuevo actor en esta pesquería. Somos categóricos en decir que eso es total y absolutamente falso, toda vez que esta flota siempre ha podido pescar jibia. De hecho, la historia de la jibia la hicieron los propios cerqueros hace ya más de una década cuando se capturaba para reducción. Desde el 2012 año en que se decretó la jibia sólo para consumo humano, hecho que reconocemos como positivo, la flota pelágica dejó de capturarla como pesca objetivo creando eso sí una nueva complicación para la viabilidad de la pesquería de sardina común y anchoveta. De hecho, desde que se declaró sólo para consumo humano las capturas de jibia con cerco son marginales y eso todo el mundo lo sabe. 

No podemos terminar esta nota sin agradecer las innumerables muestras de cariño de parte de todos quienes nos han llamado o enviado mensajes preocupados por nuestra integridad física. Permítanos decirles que esto nos da más fuerzas para seguir firme en nuestras convicciones, como una organización propositiva, abierta al diálogo y al debate con altura de miras, procurando estar siempre al servicio de todos quienes requieran de nuestro apoyo en nuestra querida caleta”.


Asociación Gremial de Pescadores Artesanales de San Vicente

Talcahuano, 21 enero 2019